31 de julio
Yate (Gloucestershire), Reino Unido
¡Nace de Jo (Joanne) Rowling!
Mujer escritora, productora, guionista, feminista crítica de género contra el borrado de las mujeres.
Cuando era niña, Rowling disfrutaba escribiendo historias fantásticas, las cuales le relataba a su hermana: “Todavía recuerdo cuando le conté una historia en la cual ella se caía en una conejera y era alimentada con frutillas por la familia de conejos que vivía allí […] La primera historia que escribí en mi vida, cuando tenía cinco o seis años, fue sobre un conejo llamado Rabbit. Tenía sarampión y era visitado por sus amigos, incluyendo una abeja gigante llamada Miss Bee”.
Cuando era adolescente, su tía abuela le dio una vieja copia de la autobiografía de Jessica Mitford, Hons and Rebels. Mitford se convirtió en su heroína.
Hermione está vagamente basada en Jo, según sus palabras es una caricatura de ella misma cuando tenía once años.
No superó las pruebas de admisión para entrar en la Universidad de Oxford, así que se matriculó para obtener una doble titulación en filología francesa y clásica en otra universidad. Con un año de estudios en París, Joanne se mudó a Londres para trabajar como investigadora y secretaria bilingüe. En junio de 1990, viajó en tren de Mánchester a Londres, el tren tuvo problemas y el viaje se retrasó cuatro horas. Durante ese suceso, le llegó la idea de una escuela de magos. «De repente, la idea de Harry apareció en mi imaginación, simplemente. No puedo decir por qué, o qué la desencadenó, pero vi la idea de Harry y de la escuela de magos muy claramente. De pronto, tuve la idea básica de un niño que no sabía quién era, que no sabía que era mago hasta que recibió una invitación para asistir a una escuela de magia. No he estado nunca tan entusiasmada con una idea».«Comenzó con Harry, y luego todos los personajes y situaciones afloraron en mi cabeza». Cuando llegó a su apartamento comenzó a escribir inmediatamente. Ese mismo año murió su madre. Fue un golpe muy duro para ella, porque era la única persona que la apoyaba en sus ideas de ser escritora. Joanne comentó «Estaba escribiendo Harry Potter en el momento en que mi madre murió. Jamás pude hablarle sobre Harry Potter». Rowling dijo que este fallecimiento afectó profundamente su trabajo como escritora, y que incluyó muchos más detalles acerca de la pérdida de Harry en el primer libro, porque sabía cómo se sentía.
Joanne Rowling posteriormente se mudó a Oporto y en su estancia conoció a Jorge Arantes, se casó con él. Tras las infidelidades, violencia y alcoholismo de Jorge, Joanne le abandonó en el mismo año en que nació su hija. Rowling sufrió de depresión clínica y llegó a plantearse el suicidio. Fue el sentimiento de su enfermedad el que le dio la idea de los dementores. Sin empleo y viviendo de los subsidios que le otorgaba el Estado, Joanne completó su primera novela escribiendo en varios cafés cada vez que lograba que Jessica se durmiese, una de las razones por las que escribía en cafés era que llevar a pasear a su bebé era la mejor manera de hacerla dormir.
En junio de 1997, se publicó La piedra filosofal con mil copias impresas, quinientas de las cuales fueron distribuidas en bibliotecas. Cinco meses más tarde, el libro ganó su primer premio.
Harry Potter se convirtió en una marca registrada global con altísimo valor y los últimos cuatro libros de Harry Potter han marcado récords como los libros más rápidamente vendidos de la historia.
La serie, con un total de 4195 páginas, ha sido traducida, totalmente o en parte, a 74 idiomas.
Algunos fragmentos:
“Son nuestras elecciones, Harry, las que muestran lo que realmente somos, mucho más que nuestras habilidades.”
“Por supuesto que está sucediendo dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué debería eso significar que no es real?”
“Llámalo Voldemort, Harry. Utiliza siempre el nombre correcto de las cosas. El miedo a un nombre aumenta el miedo a la cosa que se nombra”.
“La fuerza de tus convicciones determina tu éxito, no el número de tus seguidores.”
Ella misma habla sobre escribir:
“Ciertamente escribo ‘para mí’ en el sentido de que tengo que escribir. Es casi una compulsión. Necesito hacerlo. No me siento yo misma si no escribo con regularidad, y me siento inquieta y extraña si no tengo nada que escribir (…). También escribo para mí misma en el sentido de que necesito sentirme entusiasmada con una historia para querer plasmarla en papel. El impulso siempre tiene que venir de dentro. Por otro lado, ninguna historia vive a menos que alguien esté preparada para escuchar. Como escritora, tu mayor aspiración es tocar a la gente, conectar (…). Pienso en los tiempos en que los libros han sido mi mejor consuelo y fuente de fortaleza, y me enorgullece más allá de las palabras cuando escucho que todo lo que escribí hizo lo mismo por otras personas.”