26 de Abril
California, Estados Unidos.
¡Nace Anita Loos!
Mujer escritora, novelista, guionista y actriz. Anita Loos sabía que quería ser escritora desde que tenía 6 años, y también quería liberarse de la esclavitud que le suponían sus actuaciones teatrales en las que trabajaba para ayudar a sostener a la familia y las deudas de su padre alcoholico. Después de graduarse en San Diego, Loos ideó un método para emparejar informes publicados de la vida social de Manhattan, enviándolos por correo a un amigo en Nueva York que los enviaría bajo su propio nombre. En 1911, el teatro también proyectaba películas después de las actuaciones de cada noche. Anita se aficionó así al cine. Envió su primer proyecto de guión a la Compañía Biograph, por el que recibió 25 dólares. Poco a poco fue haciéndose de nombre hasta ser la primera mujer guionista de Hollywood, escribió cientos de guiones y algunos libros, el cual, “Los caballeros las prefieren rubias”, sátira a las relaciones de los hombres adinerados con otras mujeres, la llevó a tener un gran reconocimiento. Tiempo después fue conociendo a otras grandes actrices y guionistas de la época con quien decidió crear historias en conjunto.
Durante los años siguientes, Loos trabajó en más adaptaciones y se dedicó a viajar con su compañera Gladys Tipton, con quien vivía.
Después de pasar varias semanas con una infección pulmonar, Anita Loos murió en Nueva York a los 92 años de causas naturales. En el servicio conmemorativo, sus amigas Helen Hayes, Ruth Gordon y Lillian Gish, regalaron a los dolientes con anécdotas humorísticas.
Algunos fragmentos:
“El dinero no lo era todo, porque después de todo, lo único que cuenta es el cerebro.”
“Y yo también estoy muy feliz porque, después de todo, lo más grande en la vida es estar siempre haciendo felices a los demás. Y así, mientras todos están tan felices, realmente creo que es un buen momento para terminar mi diario porque estoy demasiado ocupada repasando mis escenarios con el Sr. Montrose, para continuar con cualquier otro tipo de trabajo literario. (…). Así que realmente creo que puedo despedirme de mi diario sintiendo que, después de todo, todo siempre sale bien”.