En 2009 Roman Polanski fue atrapado (era criminal fugitivo desde 1978) después haberse declarado culpable por haber v1ol4do a una niña de 13 años, y pues como era más usado que las personas se pararan el cuello por separar al autor de su obra (o sea solaparlo), firmaron una petición para liberarlo pues «estaban consternados por esta decisión. Les parecía inadmisible que un evento cultural internacional, que rinde homenaje a uno de los más grandes cineastas contemporáneos, fuera utilizado por la policía para apresarlo».
Entonces muchos cineastas y actores estaban enojados porque atraparon a un ped0f1lo que hacía «buen cine».
El hecho de firmar fue detestable. Sin embargo «sólo fue una firma» y todos estos famosos actores continuaron haciendo películas, ganando premios y siendo aplaudidos. Ellos continuaron sus vidas…
Algunas actrices se arrepintieron y pidieron disculpas pues entendieron la gravedad de su acción.
Con este tema tan sonado podemos hablar de algunas cosas.
1. Si sus directores favoritos son aliados de los señores más detestables (si aún tienen directores varones favoritos). ¿Ellos no son iguales?
2. Me pareció interesante mostrarles que ellas aceptaron su error y pidieron que se removiera su firma (las pocas actrices mujeres que firmaron fueron las únicas que pidieron eliminar la firma).
Y es que estos casos pasan en todos lados. En la familia, entre amigos, en la escuela, en equipos deportivos. En grupos donde hay varones.
Cuando exponen a un acosador, abusador, etc., y sus compañeros, amigos, hermanos, alumnos lo defienden porque da «las mejores clases», «es una buena persona», «es muy bueno en lo que hace», “fue un error”, “yo lo conozco”.
Y ahí están ellas, las víctimas, y las víctimas viven todo el proceso. Ellas se enteran de quiénes se atreven a apoyar a estos señores, ellas saben quiénes somos las que nos quedamos a su lado y quienes «no remueven la firma ni piden perdón» después.
Importante pensar siempre quién queremos ser en la historia y que aunque los señores siguen siendo «mentes brillantes» para el público, a nosotras su arte o lo que tengan qué ofrecer, ya no nos interesa. Porque, en este caso, ¿qué pueden contar sobre nosotras en un filme señores que se atrevieron a firmar una petición de liberación de un pedófilo?, ¿qué nos interesa ver en sus historias sabiendo que se atrevieron a firmar una petición de liberación de un pedófilo?