29 de mayo
Capriasca, Suiza.
¡Nace Alfonsina Storni!
Mujer poeta, escritora, diarista, periodista y profesora.
Su madre Paulina, su padre Alfonso junto a sus hermanos mayores, María y Romero, fundaron una pequeña empresa familiar y años después, las botellas de cerveza etiquetadas «Cerveza Los Alpes, de Storni y Cía», comenzaron a circular por toda la región. La familia viajó a Suiza donde nació Alfonsina, la tercera hija del matrimonio. Hay otras versiones que indican que nació el 22 de mayo pero la registraron el 29 y otras que afirman que nació en un barco en alta mar. Alfonsina aprendió a hablar en italiano, y regresó a San Juan, de donde son sus primeros recuerdos. Su madre la anotó en el jardín de infantes, donde se la recuerda como una chica curiosa y que hacía muchas preguntas, imaginaba mucho y mentía. Su madre tenía dificultades para enseñarle a decir la verdad. Inventaba incendios, robos, crímenes que nunca aparecían en los policiales de los periódicos, metía a su familia en líos y en una oportunidad invitó a sus docentes a pasar las vacaciones en una quinta imaginaria en la periferia de la ciudad.
En 1901 la familia se trasladó nuevamente. Llevaron consigo algunos ahorros con los que Paulina abrió una pequeña escuela domiciliaria, y pasó a ser la cabeza de la familia.
Alfonsina dejó de asistir a la escuela y comenzó a trabajar lavando platos y atendiendo las mesas a la edad de diez años. Las demás mujeres se pusieron a trabajar de costureras.
Su padre era alcohólico, se sentaba en una mesa a beber hasta que su esposa, junto con uno de sus hijos, lo arrastraban hasta su cama.
Una vez cerrado el almacén, se mudaron de casa, su hermana María se casó y Ricardo, su esposo, falleció. Este hecho coincide con la edad en que Alfonsina empezó a escribir poesías. El trabajo hogareño no la conformaba, ya que no le rendía económicamente y conllevaba largas horas de encierro. Para cambiar su situación, buscó trabajo en forma independiente: lo encontró en una fábrica de gorras. Después un director de teatro que vio su talento como actriz reemplazando a un personaje, le ofreció trabajo. De esta manera, Alfonsina dejó la casa de Rosario junto al resto de su familia. Cuando volvió, se dedicó a dictar clases de recitado y de buenos modales en la escuela de su madre.
En 1911 se trasladó a Buenos Aires, llevando consigo sus pocas pertenencias. El 21 de abril de 1912 nació su hijo Alejandro. Descansó unos meses y en 1913 consiguió trabajo de cajera en una farmacia y posteriormente en una tienda.
Realizó algunas colaboraciones en revistas y después consiguió un empleo redactando anuncios, con este empleo, su situación económica mejoró, por lo que pudo realizar viajes frecuentes a Montevideo, donde conoció a la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou. En 1916 comienza a publicar poemas y prosa. La inquietud del rosal, un libro de poesías donde expresaba sus deseos como mujer y describía su condición de madre soltera sin ningún tipo de complejo, se publicó en 1916, aunque nunca le pudo pagar la edición al impresor.
Lo escribió en su trabajo mientras dictaba órdenes y correspondencias a la mecanógrafa. Eran épocas de crisis, en las que la poesía no alcanzaba para vivir. Para complementar sus actividades, Storni escribía gratis para un periódico. Buscó un trabajo más rentable y consiguió ser directora en un colegio.
Su voluntad no la abandonó, y siguió escribiendo. En 1925 publicó “Ocre”, que marcó un cambio decisivo en su poesía. Su poesía, fundamentalmente de temática amorosa, también se ligó a la temática feminista e intentó desligarse de las hopalandas del Modernismo y volver más la mirada al mundo real. La soledad y la marginación hicieron mella en su salud, y a veces la neurosis le obligaba a dejar su puesto de maestra de escuela. Sus letras eran elogiadas y recibían buenas críticas. Alfonsina se convirtió en una poeta de renombre y de las mejores de su generación.
Un día, cuando se estaba bañando en el mar, una ola fuerte y alta le pegó en el pecho a Alfonsina, quien sintió un dolor muy fuerte y perdió el conocimiento. Cuando recobró el conocimiento descubrió un bulto en el pecho que hasta el momento no se notaba pero en esa oportunidad se podía tocar con la mano. El 20 de mayo de 1935, Alfonsina fue operada del cáncer de mama. Fue en 1938, después de escribir cartas de despedida a su hijo, que Alfonsina decidió quitarse la vida en el mar de plata.
La licenciada chilena Elizabeth Frances Richter Barragán afirma que las letras poéticas de Alfonsina presentan un conjunto de metáforas y ejercicios de introspección que la hacen una viajera de sí misma. Según Elizabeth, la poeta expresó en sus escritos un gran número de estados de alma e ilustró el miedo a través del lenguaje incluyendo la muerte. Este último tema se presenta en los poemas Versos otoñales, Melancolía y finalmente Voy a dormir, redactado especialmente para anunciar su suicidio.
Algunos fragmentos:
“Hombre pequeñito que jaula me das. Digo pequeñito porque no me entiendes, ni me entenderás.”
“Alma: ¿Dónde está el oro aquel que viste? Todo ha cambiado cuando estuvo enfrente; mis ojos tocan una realidad tan triste que digo: es el presente.”
“Hallar que cada cosa es vieja, pero es nueva, que dentro de lo eterno lo viejo se renueva”.
“Mis ojos, faros de angustia, trazan señales misteriosas en los mares desiertos. Y eterna, la llama de mi corazón sube en espirales a iluminar el horizonte.”