Un tema al parecer polémico y hasta ofensivo para algunas mujeres es que además de publicar poesía de mujeres todos los días, todo el día, en Poesía de morras, decimos con orgullo que no leemos hombres, ni queremos, ni nos interesa leerlos. Para nosotras fueron suficientes nuestros años de escuela, nuestra educación literaria basada en textos de autores hombres que exaltan la masculinidad, la guerra, la violación, la pedofilia y un sin fin de violencias que, o aparecen en sus obras, o fueron parte sus vidas, o bien, que están presentes en su vida y obra.
Nosotras no separamos al autor de su obra, no es ético, no es justo, ni es empático con las mujeres y niñas que vivieron las violencias de esos autores, no los leemos, no los perdonamos y no nos importa si están vivos o muertos.
Alguna vez una mujer decía que separó al autor de la obra y ahora había dos cosas que no le gustaban, y así mero nos pasa. Seguir leyendo violentadores es solaparlos, es darles una palmada en la espalda y decirles que no importa cuánto daño causen ni las cosas horribles que hagan, porque seguirán siendo leídos, inmortalizamos.
Nosotras no leemos hombres