Gabriel García Márquez es probablemente uno de los autores más romantizados, al que más misoginia le han perdonado por considerarlo un genio, pero como es un gusta derribar falsos ídolos, incluso a los que en más de una ocasión han declarado ser antimachistas y han asegurado admirar a las mujeres, como en el caso de García Márquez, lo tenemos presente como lo que fue.
Este autor escribió “Memorias de mis putas tristes”, donde además de normalizar la pedofilia, la romantiza al grado de inventar a una personaja adolescenta, víctima de trata, que se enamora de un viejo decrépito que decidió que la virginidad de la niña debía ser su regalo de cumpleaños. Pero no es el único lugar donde sale a relucir la pedofilia del autor, está también el cuento de La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada, entre otros cuentos y novelas nombrados «memorables», como los 100 años de soledad, su obra está repleta de hombres adultos «enamorados» de niñas.
La visión masculinista de los hombres está presente en sus obras, habita a sus personajes femeninos y no representa a las mujeres. Las mujeres escritas por hombres son una proyección de sus fantasías perversas, no una representación de las mujeres.Gabo, habemos mujeres que crecimos leyendo tus libros y no te perdonamos por tus palabras.
Decidir qué y a quiénes leer, también es una postura política.