3 de septiembre 

Maine, Estados Unidos

¡Nace Sarah Orne Jewett! 

Mujer novelista y cuentista dedicada a escribir sobre mujeres. Vivió en pareja y enamorada de Annie Fields hasta el final de sus días. 

Como tratamiento para la artritis reumatoide, una condición que desarrolló en su primera infancia, Sarah era enviada a numerosos recados y a través de ellos también desarrolló amor por la naturaleza. Sarah Jewett fue educada en escuelas y complementó su educación a través de la biblioteca de la familia. Publicó su primera historia importante a la edad de 19 años, y su reputación creció a través de los años. Su importancia literaria surge de sus cuidadosas viñetas de la vida rural. Además escribía poesía y libros infantiles. 

Las críticas feministas han destacado desde entonces su escritura por su rico relato de las vidas y las voces de las mujeres. Jewett nunca se casó; pero estableció una estrecha amistad con la escritora Annie Fields (1834-1915) y su esposo que era editor. Tras la repentina muerte del esposo, Jewett y Annie Fields tuvieron una relación amorosa, vivieron juntas durante el resto de la vida de Jewett en lo que entonces llamaron un «matrimonio de Boston». Algunas estudiosas modernas han especulado con que las dos eran amantes. En cualquier caso, «las dos mujeres encontraron amistad, humor y ánimos literarios» en compañía de la otra, viajando por Europa juntas y hospedando a «intelectuales europeos y estadounidenses».

El 3 de septiembre de 1902, Jewett resultó lesionada en un accidente de carruaje que acabó con su carrera como escritora. Murió tres meses después de quedar paralizada por un ataque al corazón en 1909.

Algunos fragmentos:

“Después de todo, el tacto es una especie de lectura de la mente”.

“Encuentra tu tranquilo centro de vida y escribe desde ahí al mundo”.

“Fue mortificante descubrir lo fuerte que puede llegar a ser en una misma el hábito de hablar ociosamente. Una no siempre tiene que estar diciendo algo en este mundo ruidoso”.

Ella misma habla sobre escribir:

“En resumen, debes escribir al corazón humano, la gran conciencia que toda la humanidad va a formar. De lo contrario, lo que podría ser fuerza en un escritor es solo tosquedad, y lo que podría ser perspicacia es solo observación; el sentimiento cae en el sentimentalismo – se puede escribir sobre la vida, pero nunca escribir la vida misma… Trabajar en silencio y con todo el corazón, esa es la suerte del escritor; es el único artista que debe ser solitario y, sin embargo, necesita la perspectiva más amplia del mundo”.

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