20 de marzo

Culiacán, México.

¡Nace Inés Arredondo!

Mujer escritora, ensayista,  novelista y poeta. 

Nació el 20 de marzo de 1928 en Culiacán, Sinaloa, en una familia de clase media alta que se empobrecería más tarde. Inés fue la hija mayor de nueve hermanos. Pasó gran parte de su infancia en la hacienda azucarera de su abuelo materno. Entre 1936 y 1944 fue alumna de un colegio de monjas españolas. De 1945 a 1946 cursó estudios de preparatoria y después se inscribe en la Facultad de Filosofía y Letras en Ciudad de México, para seguir una licenciatura de Filosofía, pero vive una crisis espiritual causada por lecturas de filosofía existencialista y por el ambiente ateo de su entorno. Cuando estuvo por suicidarse porque «la vida sin Dios no tiene sentido», su médico le aconsejó cambiar de materia, de modo que en 1948 empieza la carrera de Letras Hispánicas. Al terminar sus estudios entra a estudiar Arte Dramático, y en 1953 sigue un curso de Biblioteconomía. En estos años, también descubre el existencialismo francés, el surrealismo, y la Generación del 27. Convive con Rosario Castellanos y se casa con un escritor. Después del nacimiento de su primera hija Inés, su segundo hijo José nace muerto, causa para otra crisis espiritual. 

Inés trabajó en la Biblioteca Nacional, colaboró en la redacción de diccionarios y trabajó como autora para la radio y la televisión. También se desempeñó como traductora, y de este trabajo le surgió la idea para su primer cuento propio, «El membrillo».

Mientras nacen dos hijos más, Ana y Francisco, Inés colaboró con su marido en la Revista Mexicana de Literatura, donde no figura con su propio nombre hasta que se separa de éste. 

Para mantener, como madre soltera, a sus tres hijos, trabajó en muchos puestos y funciones: miembro de mesas de redacción, investigadora, conferencista , profesora, colaboradora de radio, redactora y guionista. 

Aunque Inés Arredondo comenzó a escribir en 1954, no fue sino once años después cuando publicó su primer tomo de cuentos, en 1965, La Señal, siendo el cuento, desde entonces, su género favorito. Quizás debido a un exceso de trabajo o por fuertes depresiones, Inés empieza a tener problemas con su columna vertebral: es operada cinco veces y tiene que pasar muchos años de su vida en una silla de ruedas. 

Algunos de sus cuentos se tradujeron a otros idiomas – inglés, alemán, holandés–; recibió homenajes y premios en vida. Sus últimos años, Inés Arredondo los pasó en cama.

Algunos fragmentos: 

“Yo tengo destino, pero no es el mío. Tengo que vivir la vida conforme a los destinos de los demás. Soy la guardiana de lo prohibido, de lo que no se explica, de lo que da vergüenza, y tengo que quedarme aquí para guardarlo, para que no salga, pero también para que exista. Para que exista y el equilibrio se haga.”

“Es extraño cómo llega a coincidir lo que nos sucede con lo que queremos que nos suceda.”

“Me sentí contenta cuando vi que el cintilar de las estrellas correspondía exactamente al croar de las ranas.”

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