10 de diciembre.
Chechelnik, Ucrania.
¡Nace Clarice Lispector!
Mujer escritora, guionista, traductora, periodista, novelista y pintora.
Clarice nació bajo el nombre Chaya Pinjasivna Lispector. Fue la tercera hija de Pinjas y Mania Lispector. En 1921, la familia salió del país, hacia la actual Moldavia y más tarde a Rumania. En Bucarest, en 1922, consiguieron pasaportes rusos y el permiso para viajar a Brasil, por lo que así lograron emigrar a Maceió (Alagoas, Brasil), en donde ya se encontraban la hermana de Mania y el esposo de ella. Al llegar a Brasil, todos tomaron nombres portugueses: Pinjas se convirtió en Pedro, Mania en Marieta, y Chaya recibió el nombre de Clarice. A la edad de diez años, su madre falleció. Eligiendo el portugués, empezó a escribir a temprana edad. Envió varios cuentos al Diario de Pernambuco, el cual rechazó sus publicaciones en una sección de contribuciones infantiles debido a que, mientras que las historias de los demás niños poseían algún tipo de narrativa, los textos de Clarice no describían más que sensaciones.
A la edad de catorce años, se mudó a Río de Janeiro con su padre y una de sus dos hermanas. A los veintiún años logró publicar Cerca del corazón salvaje, obra que había escrito a los diecinueve años.
Durante un periodo de cinco años, Clarice se trasladó varias veces, de Inglaterra a París y a Berna, donde tuvo su primer hijo. En una madrugada de 1966, la escritora se durmió con un cigarrillo encendido, lo que provocó un incendio el cual destruyó su dormitorio y le provocó quemaduras. Su mano derecha, muy afectada, casi tuvo que ser amputada por los médicos y jamás recuperaría su movilidad. El incidente repercutió en su estado de ánimo, y las cicatrices y marcas en su cuerpo le causaron frecuentes depresiones. El estilo de la escritura de Lispector es original. Se destaca en sus obras un estilo y una estructura muy líricos, con una interioridad profunda y siempre relacionada con complejos procesos emocionales y mentales.
Algunos fragmentos:
“Elegir la propia máscara es el primer gesto voluntario humano. Y es solitario.”
“El futuro es mío en tanto vivo.”
“En la extremidad de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamenta. Pero la que canta. La que dice palabras. ¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las traen de nuevo y yo las poseo. Yo al lado del viento. La colina de los vientos aullantes me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto.”
Ella misma habla sobre escribir:
“Escribo porque me resulta un placer que no puedo traducir. No soy pretenciosa. Escribo para mí, para sentir mi alma hablando y cantando, a veces llorando…”