Entrevistas

바다 건너의 투쟁 RESISTENCIA EN OTRAS MARES. – Las lesbianas feministas radicales, RADSBOS de Corea del Sur.

Las lesbianas feministas radicales, RADSBOS de Corea del Sur.

Hace unos dos años, mientras navegaba por una red social, encontré una pequeña nota en español sobre «las feministas radicales de Corea del Sur», era breve, hablaba de lo que ellas seguían como apuesta política: las 4B. Estas reglas eran, a grandes rasgos, no casarse con hombres, no salir con hombres, no tener sexo con hombres y no embarazarse. Leyéndolo no pude evitar relacionar algunos puntos con el feminismo que seguía desde hacía unos años, que no proponía literalmente las 4B, pero sí invitaba al separatismo, al cuestionamiento de la feminidad y a la heterosexualidad obligatoria. Me emocionó mucho saberlas resistiendo y organizando rebeldes contra el sistema patriarcal.

Tiempo después, entró en mi contexto un poco de cultura pop surcoreana, vi algunos programas, escuché algo de su música y, a través de lo que los medios de entretenimiento me mostraban, pude analizar desde una perspectiva feminista, parte de su cultura. Entonces recordé aquella breve nota sobre las feministas en Corea del Sur y volví a buscarla para leerla de nuevo. Me emocioné aún más, no podía dejar de pensar en la resistencia de esas mujeres en ese país tan lejano.

En nosotras surgió el deseo de conocer a una (o algunas) de esas mujeres. La plataforma de poesía que con tanto cariño hemos llevado, nos dio esta oportunidad, así que nos atrevimos y después de buscarlas, lo conseguimos.

Sí, aceptaron.

Concretamente nuestras compañeras de la Universidad Femenina de Sungshin del grupo feminista de lesbianas radicales RADSBOS. Cuando me di cuenta de que habían aceptado mi entrevista, grité para mis adentros, era como un sueño para mí, aunque también tenía miedo, ¿y si no soy lo suficientemente amable? ¿Y si son muy serias? ¡Iba a conocerlas!

Seguimos en contacto para organizar el encuentro.

(Ahora narraré esta reunión en presente para hacer más entretenida la lectura, estaría bien si crees que estás con nosotras, querida lectora).

¡Ha llegado el día!

Envío el link de la reunión que falla porque por alguna razón ajena a mi conocimiento, las silencio de todas las formas posibles en la plataforma. Les pido mil disculpas y me ofrecen pasarnos a otra reunión que ellas abrirán. Ahora mismo sólo oigo sus voces pero su tono amable me tranquiliza.

Cuando por fin puedo ver sus caras, esbozo una sonrisa en respuesta a los rostros alegres y los saludos amables. La emoción llega a mi voz, respiro para controlar mi nerviosismo y empezamos a hablar cómodamente, en la extensión de la palabra, porque como he dicho, parecen relajadas y felices.

Nos presentamos, nos enseñamos a pronunciar nuestros nombres, ellas se llaman 진숙 (Suk) y 예은 (Ye-eun). Repetimos nuestros nombres hasta acercarnos a la pronunciación y entonces comenzamos. 

El primer tema del que hablamos es cómo se conocieron. Ellas nos cuentan que son amigas desde hace unos dos años, con tono juguetón coinciden en el tiempo exacto, «¡mientes, como un año, más!». Un año y medio aproximadamente.

Ye-eun dice que en realidad no es alguien que busque muchas amigas, pero la verdad es que se sentía sola en la universidad, entonces conoció a las mujeres de RADSBOS y se unió. Suk fue una de las integrantes que puso en marcha el equipo.

También nos cuentan que en casi todas las universidades femeninas de Corea del Sur (Seúl tiene seis) hay grupos de lesbianas feministas radicales. A veces un grupo se separa, pero en general siempre hay grupos. Suk nos dice entonces que ella ha tenido suerte, porque, de hecho, lleva toda la vida en escuelas para mujeres. Me parece increíble. «Esas universidades no existen aquí» digo con seguridad, entonces Ye-eun nos cuenta que tiene algunas compañeras mexicanas y le han dicho que esas escuelas existen, «tal vez escuelas católicas, pero la verdad es que no lo sabemos» decimos. En todo caso, la cantidad no es la misma y que haya tantas escuelas para mujeres me parece fenomenal». Lo expreso, sonreímos con complicidad. Les digo que en mi familia también hay muchas mujeres. «Ahora estoy celosa» dice divertida Ye-eun.

Les pregunto sobre las reuniones que realizan las feministas en Corea, y yo les cuento que (al menos en la ciudad y algunos estados de la república) hacemos talleres de escritura, bordado, picnics con amigas, etcétera. Se alegran de que aquí haya espacios para ello, pero enfatizan que para lo que más se encuentran ellas es para hacer deporte: se organizan con equipos de feministas lesbianas radicales de otras universidades y así conviven. Realmente me parece maravilloso que se organicen para hacer retas, disfruten moviendo sus cuerpas y se diviertan juntas mientras se fortalecen.

Luego damos un poco de contexto sobre los micrófonos abiertos que hacemos en Poesía de morras, Suk y Ye-eun escuchan mi explicación con interés, luego Ye-eun comenta que ella no es poeta (escritora), que suele escribir pero no es tan buena. Querida lectora, si conoces un poco nuestras ideas sobre esas «mujeres que son o no poetas», sabrás que no podía dejarlo pasar así que recalco «¡Eres escritora por el simple hecho de escribir!».

Seguimos charlando y, de un momento a otro, surge por su parte una pregunta que puedo suponer, ha estado rondando por las mentes de Suk y Ye-eun desde que les dije a través de un texto que les envié antes, «aquí hay feministas que se hacen llamar radicales y tienen novio».

«¿En serio algunas feministas radicales tienen novio?, ¿pero cómo es eso?».

Intento explicarles que son mujeres feministas, son abolicionistas pero mantienen relaciones con hombres. Suk y Ye-eun se quedan un poco sorprendidas. Es difícil de entender del todo al principio porque allí no ocurre así. Recordemos las 4B, que son parte importante de la teoría feminista radical en Corea del Sur.

«Es algo como el juego de odiar a los hombres» añaden, yo asiento, porque se refieren a algo de lo que ya hemos hablado:

Le llaman juego de odiar a los hombres cuando algunas mujeres utilizan expresiones como «odio a los hombres», «ugh, hombres», «los hombres son lo peor» pero en el futuro acabarán casándose con ellos y en el presente se relacionan con ellos. La diferencia es que estas mujeres en Corea del Sur no se llaman a sí mismas radicales, sólo juegan al «juego de odiar a los hombres».

Aunado a este tema, comenzamos a hablar del movimiento queer, que no está tan presente como en México. «En nuestra universidad no hay baños mixtos, pero creo que tenemos varios (no muchos) baños de género neutro o lo que sea, en el país» nos dicen, pero asumen que estas políticas llegarán a más espacios tarde o temprano. 

Mientras tanto, ellas resisten, y no sólo en teoría sino en la práctica, tan rebeldes y reaccionarias que para ellas ya es parte de su vida el proceso de liberarse del corsé. Les digo que algo sé de eso, «no te maquillas, no te haces operaciones…”

«Sí. Nosotras llevamos el pelo corto» Suk nos cuenta que su familia no se lo tomó bien cuando se enteraron de su decisión de deshacerse del pelo largo. «¿El pelo corto también forma parte de deshacerse del corsé?» le pregunto. «¡Por supuesto! Todo lo que tiene que ver con la feminidad socialmente construida, ¡hasta nuestra forma de hablar!». Lo entiendo, nuestra forma de hablar  (tonos y modos) tampoco es natural. «La ropa también», dicen. «Cuando compramos ropa, nos preguntamos ‘¿se lo pondría un hombre?» Si la respuesta es no, tampoco nos lo ponemos».

Me hablan de algo que me asombra: con el movimiento de «liberarse del corsé», han surgido tiendas de ropa creadas por feministas radicales. Me envían el enlace a las tiendas de las que me han hablado: cárdigans, chaquetas, camisetas, pantalones, toda la ropa parece cómoda, abrigada y útil. Me entretengo un momento moviendo el cursor como si pudiera pedir un pedido a aquella tienda coreana porque ya me he enamorado de un par de suéteres y pantalones.

La maravillosa rebelión, como ocurre aquí también, es la reacción de las opresiones, Suk y Ye-eun comentan que hay muchos casos de acoso diario, que es habitual que los hombres fotografíen a las mujeres bajo sus faldas, que las elecciones que se avecinan son duras porque los candidatos presidenciales son abiertamente misóginos y la cultura del acoso cibernético tampoco ayuda. Los hombres no dejan de acosar a las mujeres por las cosas más simples. Un ejemplo es el caso de la arquera surcoreana An San, que fue «acusada» de feminista radical por llevar el pelo corto. «La acosaron, le dijeron cosas horribles sólo por cómo llevaba el pelo», me dicen.

Entonces pregunto: «Y ¿es feminista?»

«No lo sabemos», responden. «No podemos saber si es feminista porque ella no lo dice». Les pregunto si las mujeres famosas de allí (con cierto apoyo mediático o fandom) no pueden hablar de sus posiciones ideológicas. «Hablar de ser feministas acabaría con tu carrera, es peligroso hablar de posturas. Pero, que sea feminista o no, no es importante. Lo importante es que las mujeres no tienen la libertad de ser tratadas como seres humanos, incluso si no eligen el pelo largo que la sociedad les ha impuesto, y en Corea, las feministas son utilizadas como un concepto para justificar ataques e insultos.» 

Estoy totalmente de acuerdo, además les digo que aquí ser feminista es bastante aceptable, claro que hablo de las «feministas buenas», las que la gente en occidente apoya porque se empoderan con la opresión.

Colectiva RADSBOS en una marcha organizada para los derechos de las mujeres en Corea del Sur.

Ye-eun y Suk asienten con la cabeza. De repente surge una pregunta: «¿Y las familias?». Curiosa, Ye-eun pregunta: «Tengo un par de compañeras de clase que son mexicanas y me han dicho que la familia en México es todo un tema…»  

Procedo a hablar de lo unidas que suelen ser las familias y de los procesos de rebeldía que existen en las mujeres frente a los actos misóginos y violentos que suceden, por ejemplo, desde una comida familiar de domingo donde decidimos no servir el plato del tío hasta el hecho de que las mujeres están acabando con los «secretos de familia«, pues en nuestro país, seis de cada diez niñas y adolescentes sufren abuso sexual y en el 60% de los casos el agresor es un familiar o pertenece al círculo cercano a la familia. «Ahora podemos hablar un poco más de esos temas», reitero, “pero sabemos que eso no elimina las raíces del problema.”

El tiempo vuela, miramos el reloj, queda muy poco para que termine la reunión. No quiero despedirme porque tengo muchas preguntas y estoy disfrutando mucho con cada palabra que intercambiamos. Ye-eun menciona si hay algo más de lo que no hayamos hablado. «Sí. Sobre la música…». le respondo. «¡Claro, la música!».

Les cuento que en mi país la música que más se escucha (2022) es el reggaetón y que muchas de nosotras vemos un problema con las letras de los cantantes y las actitudes de los mismos. «En general, el problema son los cantantes hombres. Son misóginos, incluso apoyan plataformas porno, por eso las feministas animamos a las mujeres a escuchar y bailar música de mujeres». Suk y Ye-eun me piden un poco más de contexto porque no conocen el reggaeton, entonces hablo de alguien (un conejo) famoso del género pero no saben quién es. «Tienen suerte de no conocerlo» les digo.

En respuesta, me hablan del kpop (que ya es mundialmente conocido) y comentamos que la industria ha afectado a las mujeres que siguen los estándares de, por ejemplo, las integrantes de grupos femeninos. «¿Pero las escuchan? ¿Escuchan kpop femenino?» pregunto.

«Hay feministas que siguen a grupos femeninos pero la verdad es que nosotras no podríamos, es como apoyar a la industria que está maltratando y violando a esos Grupos de chicas.

«Como reforzar el candado de una jaula», digo. Ellas asienten.

El tiempo se acaba y con mucho pesar comenzamos a despedirnos, les damos las gracias y expresamos nuestra alegría por haber podido conectar de esta manera. Reafirmamos que fue un placer conversar y simplemente no quiero abandonar la sesión, entonces me doy cuenta de que en realidad, no sé dónde está el botón de salida a pesar de que he utilizado esa plataforma tantas veces. Es la distracción debido a las emociones mezcladas de nuevo.

Cuando termina la sesión,  Naye y yo nos mandamos mensajes y gritamos juntas, es un sueño poder haber hablado con ellas.

Hace tiempo leí a una mujer (un post de Yami Yurokawa en Fb) que comenta algo que muchas de nosotras pensamos: en general, se habla más de feminismo radical en Latinoamérica (Abya Yala) que en Estados Unidos; la teoría de Yami es: «cuanto más abiertamente machista es el país, más mujeres se están dando cuenta de que el separatismo/radicalismo/lesbianismo son la única opción.» La opción más lógica, natural y amorosa, diría yo. Por eso en Corea del Sur el feminismo es radical y por eso en América Latina hay tantas feministas, lesbianas radicales y lesbofeministas, la gente dice que es el feminismo «blanco», pero el feminismo liberal que incluye a los hombres es el más popular entre la gente blanca, especialmente en Estados Unidos.

«cuanto más abiertamente machista es el país, más mujeres se están dando cuenta de que el separatismo/radicalismo/lesbianismo son la única opción.»

Las mujeres lesbianas radicales en Corea del Sur tienen fuertes respuestas y una resistencia admirable, una acción similar en muchos aspectos a la de las lesbianas radicales y lesbofeministas que viven en Abya Yala, hemos optado por las mismas rebeliones porque estamos luchando contra el mismo patriarcado y desde mi punto de vista (hoy es positivo), lo estamos logrando, el amor entre mujeres y los caminos que atravesamos para llegar a nosotras mismas nos están llevando a ese lugar donde decidimos disfrutar con otras mujeres, vivir con otras mujeres, escribir con mujeres y entonces nos salvamos mientras existimos y resistimos.

Me siento afortunada y feliz de haber encontrado esas semillas salvajes en ese lugar tan lejano. Me siento afortunada de hacerles saber que están acompañadas de tantas mujeres en este lado del mundo. Me siento poderosa porque camino con el mar detrás, el mar de las mujeres de todo el mundo que apoyan la misma lucha.

Quiero agradecer a mis queridas hermanas surcoreanas de la familia RADSBOS por aceptar esta entrevista y darnos su apoyo en la edición y redacción de la misma. Tenemos suerte de conocerlas y esperamos continuar con estos lazos de hermandad.

Xia Jac Rey – @xiapoetrey

Ye-eun

Suk.

@RADSBOS

3 comentarios

  1. Wow… les agradezco que interesante entrevista.
    Ojalá pronto puedan tener otra entrevista

  2. ouuu, se siente la emoción al leer cada palabra, en algunas partes llegué a tener lágrimas en los ojos. Gracias por compartir esta entrevista. Me parece muy interesante que el hecho de que la teoría queer no haya llegado tan fuertemente allá de claridad de dónde está la raíz del problema, a diferencia de aquí donde hay muchas mujeres que se consideran radicales a pesar de solo ser críticas del género.
    Se leen como unas mujeres muy amables y cariñosas, lesbianas,,, qué fortuna que las hayan encontrado y que hayan dialogado,,, las mujeres resistimos desde toda la munda ~

  3. Sería genial poder leer a las compas del Corea del Sur, ¿tendrán algún blog? Ojalá se animen a escribir en inglés 🙂

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